jueves, 8 de enero de 2015

Una mañana,un sueño y una lágrima.

Como el frío de la mañana, el calor de un cuerpo desnudo junto al mio.
El viento acaricia mi ventana mientras tú acaricias mi piel.
Un escalofrío me recorre de los pies a la cabeza. Noto tu aliento cálido en mi cuello.
Duermes. 
Aún duermes. 
Sin embargo yo estoy despierto. 
Me giro lentamente y me quedo observándote, deleitándome con tu presencia.
Te amo tanto...
Acaricio tu pelo, sedoso,ondulado. Bajo hasta tus mejillas,cálidas, como el resto de tu cuerpo.
Me arrimo un poco más. 
Despacio. 
Lentamente.
No quiero despertarte.
Suspiro. 
Estoy enamorado. 
Locamente enamorado, excuso decir.
Cada segundo a tu lado es un regalo. Si creyese en los milagros tú serías uno: mi milagro.
No puedo evitar darte un beso en los labios. Son tan suaves a la par que carnosos. 
Podría besarlos durante horas sin cansarme.
Falta poco para que suene el despertador y este momento tan mágico acabe. Te rodeo con uno de mis brazos en un intento de abrazarte, pero con cuidado de no despertarte.
Aún no.
Podría acabarse el mundo allá fuera,y a mi me daría igual mientras estuviese contigo.
Cuando me quiero dar cuenta tengo los ojos llorosos. 
¿Estaba a punto de llorar?
No entiendo porque. Estoy tan feliz, tan agusto. 
¿Por qué he tenido semejante reacción?
Acaso, ¿iba a llorar de felicidad? 
Puede ser.
Noto como una lágrima se desliza por mi rostro hasta terminar en la comisura de mi boca, pero, a pesar de lo esperado, no deja ese sabor salado que suelen dejar las lágrimas. 
No siento nada.
Te vuelvo a mirar y ahí sigues, como hace apenas un momento. Todo sigue igual, pero algo ha cambiado, algo dentro de lo más profundo de mi ser. Algo que aún no sé que es.
De pronto mi cuerpo empieza a sentir frío. La cama parece aumentar sus dimensiones por momentos.
Es entonces cuando el despertador suena, como el aviso de que es hora de empezar el día, o de acabar el sueño. Se repite ese sonido durante unos segundos. 
Un minuto. 
No despiertas. 
De hecho el que despierta soy yo, otra vez.
Esta vez estoy solo, medio destapado. En una cama que me viene grande. En una habitación a oscuras donde no hay nadie más salvo yo mismo. 
Noto algo en los labios.
Me los humedezco un poco y entonces noto ese sabor salado tan particular. El sabor de las cosas que no recuerdan que aún estamos vivos.
Estaba soñando. Era todo un sueño. Un sueño muy real, pero un sueño al fin y al cabo.
Ese sentimiento era tan humano,tan real. 
¿Es capaz un sueño de hacernos sentir tan vivos?
Tal vez así sea. 
Añoro algo que una vez tuve y que perdí. Algo que me atormenta mientras duermo. Algo que no recuerdo cuando fue la última vez que viví.
Algunas mañanas desearía no despertar para poder seguir allí contigo, abrazado a ti en nuestra cama, juntos, muy juntos. 
Besarte y decirte un ''te amo''. 
Pero sé que eso nunca volverá a suceder.
Ya no te amo. 
Tú a mi tampoco. 
Solo somos un recuerdo. 
Un vago recuerdo que se pierde en el tiempo. Palabras que carecen de sentido. Solo somos dos náufragos más sin remos  a la deriva.
Solo nos queda hundirnos hasta lo más profundo de nuestra oscuridad o alcanzar una orilla.
Desconozco cual será tu destino, o el mio mismo. Tan solo sé que si hubieses seguido a mi lado ambos hubiésemos tenido el mismo,y fuera cual fuera, sería sin duda el mejor posible, pues, contigo, todo lo demás carecería de especial importancia.






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