Dicen que los ojos son las ventanas del alma, no hay duda de que algo de razón tienen, pero ¿y con las sonrisas? Un amigo mío dice que es capaz de calar a la gente por su sonrisa y saber si es una buena persona o si es alguien poco de fiar. Para mi, sinceramente, las sonrisas son algo que me enamoran. Podría decirse que son mi talón de Aquiles. Cuando veo una sonrisa bonita todo mi yo se paraliza y, de forma inconsciente, sonrío también, más aún si la persona con esa sonrisa bonita también es bonita.
He conocido mucha gente con diferentes tipos de sonrisa, pero solo hay una a día de hoy que me hace temblar. Una única sonrisa que, nada más verla, mi cara se torna a una expresión de paz, tranquilidad y felicidad. Una sonrisa que me hace sonreír. Una sonrisa de la que soy incapaz de apartar la mirada. Una sonrisa que enamora.
Tal es la cosa que cuando veo sus fotos, en las que aparece casi siempre sonriendo,o sus vídeos, diciendo o haciendo cualquier tontería, por breve, normal o simple que sea, si habla y sonríe soy incapaz de no sonreír.
Me cuesta admitir que, de vez en cuando, reviso todas las fotos que tengo suyas en mi móvil. También reviso los vídeos y me hacen sentirle cerca, muy cerca, como si le tuviese enfrente de mi.
Creo que estoy obsesionado con su sonrisa. Y no es para menos. Si tan solo me provocase todo lo anterior que he mencionado aún habría solución y podría olvidarla, pero hay más.
Después de conocer a alguien que con solo sonreír te provoca ese sin fin de emociones, imagina, tan solo imagina,(ya que no te permito que lo hagas) que puedes besar esa sonrisa. Besar esos labios que adornan de forma sensual y no por ello menos delicada esa sonrisa tan perfecta. Acariciar sus labios con los míos, sonreír a mitad del beso, inevitablemente, imprevisiblemente, naturalmente, sonreír para verle sonreír también y, como una ola que rompe en la orilla de forma natural e inevitable, volver a sonreír.
Podría pasar horas seguidas besándole, acariciando sus preciosos labios, jugando con ellos, mordiéndolos, admirando su sonrisa.
Podría incluso pasar el resto de mi vida a su lado si me siguiera ofreciendo aquella sonrisa eternamente, aún a pesar de que el tiempo hiciera mella en él. Ni el tiempo ni la distancia lograría que dejase de vivir enamorado de su sonrisa.
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